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jueves, julio 05, 2007

“La Gestión Escolar y el uso de las Tecnologías

Carmenisia Jacobina Aires Gomes
Universidade de Brasília
jacob@unb.br

“La Gestión Escolar y el uso de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación
- TIC –
posibilidades, límites y desafíos”


Vivimos en una época donde ocurren inmensos cambios. El movimiento histórico alcanzado al final del siglo XX, consubstanciado, especialmente, en la Revolución tecnológica está generando nuevos tipos de relaciones sociales y de poder, bien como profundas transformaciones en la gestión de las organizaciones. En ese particular, la educación cobra gran importancia y la escuela sufre los impactos de dicha revolución. En general, la gestión escolar se desarrolla bajo los paradigmas clásicos se utilizando de la informática para racionalizar y acelerar el funcionamiento de la burocracia, raramente para experimentar formas de organización y de gestión innovadora.

El nuevo paradigma social que hoy por hoy se está configurando, es posible afirmar, se fundamenta en dos elementos: la globalización y la revolución tecnológica. Esta nueva realidad ha exigido profundas transformaciones en el sector productivo. La división social del trabajo, las relaciones laborales, los espacios y tiempos del trabajador y su propio trabajo han sufrido significativos cambios. Del mismo modo, las organizaciones modernas están, constantemente, buscando y creando nuevos modos de organización y de gestión teniendo en vista la competitividad del mercado. Las empresas públicas y privadas, especialmente las últimas, luchan de todas las maneras para actualizarse, adaptarse a los cambios y así enfrentar los desafíos impuestos por el mercado, sus leyes y sus reglas.

El sistema educativo, seguramente, es el menos ajeno ante estos fenómenos. Sobre él casi siempre recaen responsabilidades, promesas y esperanzas salvíficas además de la capacidad para subsanar errores. La educación guarda estrechos vínculos con la globalización y las Tecnologías de la Información y de la Comunicación- TIC. De ese modo, cumple destacar que la introducción de las TIC en los centros educativos supone cambios de gran magnitud que alcanza aspectos múltiples y variados, destacándose, particularmente, en este estudio, la gestión escolar.

1- ¿La globalización, las tecnologías y la gestión – fenómenos actuales?

Vivimos, es innegable, en una nueva era, cuyas marcas distintivas son las vastas transformaciones en curso en las sociedades modernas.

Hay un conjunto de expresiones manejadas a escala mundial: globalización, nuevas tecnologías, revolución tecnológica, tecnologías de la comunicación y de la información. Estos términos, aunque signifiquen fenómenos distintos, están estrechamente relacionados. Por un lado, es casi imposible hablar de uno sin referirse al otro. Por otro lado, las fuerzas que los congregan, afectan y provocan transformaciones sustanciales en segmentos básicos: el Estado y su papel, la sociedad y su estructuración, el trabajo, la cultura. Además de configurar un nuevo paradigma social, la ruptura histórica en transcurso viene cambiando, sustancialmente, la noción de tiempo y espacio.

Son transformaciones radicales, experimentadas en la economía, en la política, y en la cultura, aunque, a veces no se sepa la magnitud de las mismas. Sin embargo, se verifica el paso de una sociedad a otra, no se trata de la muerte o desaparición de la realidad precedente, puesto que las reglas no se han roto por completo. Tanto se identifica elementos persistentes y duraderos de la sociedad en transición, como nuevos y nacientes elementos en el mundo. Es decir, puede que las sociedades contemporáneas, según GIDDENS (2002) experimenten una “sensación de fin”, pero también de nuevos comienzos.

En el tipo de sociedad que se configura, hay señales de una nueva revolución social. Esa revolución, en general, ha sido comparada a la que precedió el nacimiento de la sociedad industrial. Para muchos es el“fin de la historia” y/o la superación de algunas de sus etapas, aunque esto no es novedad en el mundo occidental. La constitución del Mundo moderno, la superación hacia la modernidad y a lo pos-moderno, son procesos constituidos de hechos que concretizan las formaciones históricas.

De esta manera, los cambios alcanzan las orientaciones y el sentido de las políticas en general, así como el sector educativo en particular. Afectan el modo de concebir la educación y de establecer prioridades en las políticas educativas. Se extienden hasta la definición de los procedimientos y estrategias de gestión adoptados, y también a la integración de las tecnologías en el sistema educativo.

A las tecnologías, actualmente, les toca un cometido único. Su permanente desarrollo histórico y sus avances vertiginosos no permiten entenderlas por separado del sistema social. Invaden todas las esferas y, a las organizaciones, les provocan cambios imperativos. Las empresas se ven presionadas para cambiar las formas de organización y gestión, para atender a las demandas del mercado. Igualmente, las escuelas y la gestión que desde ahí se plantea, deben estar compartiendo estas transformaciones.

La revolución tecnológica pone de relieve las manifestaciones de la microelectrónica que se hacen presentes en las calles, los hogares, las empresas, en fin, en toda la vida cotidiana. Aunque de esta revolución no participe la totalidad de la población mundial, queda una cierta lógica según la cual la tecnología resolvería el problema del desarrollo de algunos países. No obstante, la realidad es que, en Brasil, por ejemplo, según recientes datos publicados en los medios de comunicación apenas el 12,46% de la población posee ordenadores en el hogar y sólo el 8,31% está conectado a la Internet. Información equivalente, sobre la realidad mundial, presenta APARICI (1999, p.178) para quienes “en la mayoría de los países, las tareas de información están siendo realizadas sólo por un 0,05% de la población, lo que significa que más de dos mil millones de personas de todo el mundo no tienen posibilidad de acceso a la sociedad ella está igualmente muy regionalizada. Camina, cada vez más hacia la localización, pues el local no es excluyente de lo global. Al contrario, éste debe ser entendido como un aspecto de aquél.

La educación, como los demás sectores sociales es, inevitablemente, alcanzada por la globalización. La cuestión local-global se expresa visible en el funcionamiento del sistema educativo. Desde la perspectiva de la Ilustración, el proceso educativo era asunto personal, íntimo y local. La educación se ajustaba a una comunidad, a la cultura, al modo de vida local o nacional. Asimismo, al conformarse como servicio institucional público, la idea de la responsabilidad familiar y local permanece.

La conversión de la educación en asunto público, pone de manifiesto la cuestión económica. Ella es tanto gasto como inversión. Así, sus consecuencias políticas se sobreponen al sujeto de la educación y constituyen un conjunto de decisiones estratégicas que afectan a la sociedad en general. En esto particular, se destaca el papel del Estado por el hecho del que la educación es considerada una política pública.

Desde el siglo XIX, los sistemas educativos son organizaciones que actúan bajo los auspicios del estado-nación que controla, regula, coordina, autoriza, financia y certifica el proceso de enseñanza y aprendizaje. ¿Hasta qué punto se ve afectado el empeño educativo por los procesos de la globalización, amenazando la autonomía de los sistemas educativos nacionales y la soberanía de los estados-nación como máximos gobernantes en las sociedades democráticas? Éstas son cuestiones que deben estar incluidas en el análisis de los sistemas educativos y, de la gestión escolar.

Dichas cuestiones constituyen el eje de nuestro análisis en el presente trabajo. Por un lado, el modo como estos procesos están ocurriendo en las sociedades en general. Por otro, como el sistema educativo y las escuelas enfrentan la integración de las tecnologías y el reflejo en su estructura organizativa. Por ejemplo, la organización de recurso y materiales, de tiempos, espacios y horarios, la formación de los sujetos (profesores, alumnos, técnicos), las nuevas funciones asumidas, el poder y las responsabilidades compartidas. En síntesis, cómo se están se organizando, en cuanto a sus procesos de gestión, para hacer frente a la
nueva realidad.

2 - La escuela, la gestión escolar y las tecnologías de la información y de la comunicación

Las Tecnologías han tenido, por si mismas un impacto profundo en la organización del trabajo, en la estructura social y cultural de las sociedades y en las formas de gestión adoptadas por las organizaciones sociales. En su evolución histórica han recibido innumeras denominaciones. Tecnologías de la Comunicación y de la Información – TCI es actualmente, la más adoptada y lo será también en este trabajo.
SE está produciendo una nueva revolución avanzando y prometiendo intensificar, profundamente, no sólo la capacidad productiva, sino también la potencialidad de la mente humana. Si en la época de la Revolución Industrial lo más importante eran los recursos (hierro, petróleo, etc) ahora el elemento distintivo es el conocimiento y los procesos cognitivos. Existe hoy una fuerte asociación entre el avance tecnológico y una mayor exigencia del conocimiento que es considerado la fuente de valor y de crecimiento de la sociedad actual y del futuro.

En este sentido, la educación cobra gran importancia y, en consecuencia, la escuela, uno de los espacios donde se produce el conocimiento. En todo el mundo, se observa una preocupación creciente en lo que respectan los sistemas educativos, manifestada por diversos modos. Por un lado, se observa la tendencia del aumento de las inversiones en educación en la mayoría de los Países industrializados. De otro, el reconocimiento de la importancia de la administración para el funcionamiento de las organizaciones sociales. La sociedad se presenta como un gran conjunto de instituciones que realizan tareas determinadas.

En este contexto, se ubican los sistemas educativos y, en especial, la escuela que, como las demás instituciones, necesita ser administrada.

Pero, la trayectoria histórica de los modelos de gestión adoptados por los Sistemas Educativos, en general, son basados en los paradigmas tradicionales, bajo los supuestos filosóficos e ideológicos del positivismo, racionalismo y funcionalismo, generando una gestión autoritaria y burocrática, apoyada en el modelo tecnológico y en la burocratización.

Significa decir que la Administración recurre más frecuentemente a la gestión clásica. Por ejemplo, en el caso de la informática generalmente la utiliza con el objetivo de racionalizar y acelerar el funcionamiento de la burocracia, raramente con el objetivo de experimentar una forma de organización innovadora y más flexible. De este modo, según LEVY (1998:60), “urge imaginar, experimentar y promover estructuras de organizaciones y estilos de decisiones orientadas para profundizar en la democracia”. El autor, continuando su análisis sobre las formas de gestión actuales, las ve lentas e inflexibles, es decir, son del tipo burocrático y no dan respuesta a las necesidades que se imponen a la sociedad cambiante, donde son difundidas, en larga escala, todos los tipos de informaciones. Además, señala LEVY (1998, p.62) “el enfrentamiento de esta realidad probablemente será a través de estructuras de organización que favorezcan una verdadera socialización de las soluciones de problemas”.

En este sentido, es posible afirmar que las TIC ponen en cuestión los estilos de gestión inflexibles, las culturas cerradas y tradicionales.

¿Puede decirse que ellas innovan los modelos de gestión propuestos por los sistemas educativos? Merece la pena buscar respuestas a esta cuestión. No cabe duda que respecto a las TIC siempre es importante preguntar el porqué y para qué usarlas. Pues una técnica o aparato se transforma en instrumento importante de las prácticas sociales, solamente cuando la sociedad necesita echar mano de su uso para avanzar. Así, la sociedad actual no puede representar solamente una infraestructura del tráfico de informaciones, sobre todo si espera una nueva forma de organización social. En este sentido, según LÉVY (1994), la colectividad humana y determinados grupos son los responsables por la implementación y uso de las tecnologías. Ninguna solución puede venir de la “técnica”. Ello porque, el creciente uso de las TIC y su respectiva industrialización producen una adopción creciente de la razón técnicainstrumental, generando el predominio del pensamiento tecnocrático.

Aún sobre la relación de las Tecnologías con las formas de gestión, especialmente en los sistemas educativos, MOTTA (1990) entiende que las TIC pueden ser usadas como mecanismo de control por la concentración de información, al fortalecer la burocracia y por el conocimiento especializado, además de aumentar el poder conferido a los que saben administrar las informaciones. Igualmente, el autor considera que la estructura de comunicación, inherente a cualquier sociedad, sufre profundas modificaciones a través del uso de las TIC. Esto puede sugerir cambios substanciales en las estructuras funcionales de las escuelas en su organización y gestión.

De todos los modos, al ritmo pausado, las llamadas TIC van haciéndose un lugar en la escuela. ¿Es posible decir que algo distinto se mueve en las escuelas? ¿Qué la mera presencia de esos nuevos artefactos produce cambios en las mismas y en la gestión que allá se plantea? Es imposible pensar que las tecnologías, por si mismas, conviertan la sociedad. Así como es un gran equívoco atribuirles desmedidas virtualidades. También es importante destacar que la presencia y el uso de las TIC en las escuelas no se reduce a un mero problema “didáctico”, sino y, de modo especial, está afecto a la cuestión organizativa y cultural.

Esas acciones de la escuela han sido, tradicionalmente, tratadas de modo fragmentado, cumpliendo su tarea aisladamente como si cada una tuviera “vida” propia. Sin embargo si observa, de un lado, aunque despacio, la presencia de las TIC y, de otro el gran potencial que las redes generan. Según menciona ALONSO (1995, p.13) “las redes de información generan estructuras organizativas y centros de poder al margen de las viejas instituciones, porque le atribuyen nuevas posiciones y tareas a los actores dentro de la organización”. Es decir, formar parte de redes de comunicación es condición de existencia de la organización, pero de forma integrada a todos los actores y servicios.

Sobre todo porque, según ALONSO (1995, p.34) “no afectan únicamente a las formas de acceso a la información o diseño de las prácticas, sino a lo que es más sustantivo como los criterios de autoridad y de verdad, sistemas de control, relaciones de poder, distribución de los espacios y tiempos, apertura al entorno, entre otros elementos propiamente organizativos e instaurados en su cultura”. Así, no es posible reconocer la escuela como una institución administrativa responsable sólo por la instrucción. Para mejor comprenderla se presupone el detenimiento tanto en los aspectos manifiestos como los subyacentes e informal y de su vida cotidiana.

Igualmente mirarla bajo la perspectiva del micro política y sus facetas básicas: la dominación y el conflicto. Especialmente porque los sujetos y los grupos ponen en marcha estrategias de poder e influencia para defender sus intereses.

Aunque la escuela se mueva con un cierto grado de autonomía, no se puede olvidar que es una unidad de un sistema escolar insertada en el macrocosmo político, sociocultural y económico del Estado. Por ello, se mantiene cohesionada sobre la base de un conjunto de determinaciones, entre el cumplimiento de los objetivos educativos generales desde allá impuestos y las circunstancias locales de su contexto inmediato. También es importante destacar que las organizaciones evidencian en su estructura relaciones establecidas entre las personas, sus fines, modos tecnológicos y las formas de intercambio en la organización y las TIC socavan los fundamentos de ese modelo organizativo. El paradigma tecnológico puede conservar las pautas burocráticas e incluso puede que añadirlas.

Las TIC, además de su importancia y visibilidad en el sistema educativo, no será la característica más importante de la transformación de la enseñanza. Lo más importante será repensar el papel y la función de la educación escolar, su foco, su finalidad y sus valores. Las TIC serán importantes, principalmente porqué nos forzarán a hacer y crear cosas nuevas y no porque permitan que hagamos mejor las cosas viejas. Por lo tanto, el principal desafío que tenemos ante de nosotros no está en la tecnología, sino en el uso que hacemos de ella. En este particular, se torna imperativo que las escuelas repiensen sus procedimientos organizativos y sus procesos de gestión.

Es importante señalar que el contexto organizativo escolar es un espacio social de producción y reproducción de discursos públicos y ejerce la mediación entre el individuo y las demás estructuras sociales. Por lo tanto, es importante que el uso de las TIC esté integrado al proyecto educativo de las escuelas, que debe ser elaborado en conjunto por los distintos actores que la compone, constituyéndose en momento del aprendizaje y perfeccionamiento de los mismos. Para la integración de las TIC en los sistemas educativos y para promover los cambios en los procesos de gestión, lo fundamental será la adopción de la estructura organizativa en red, posibilitada por el propio potencial de las TIC.

Ese modelo posee la ventaja cambiar las estructuras jerárquicamente establecidas en las organizaciones, posibilitando formas de gestión horizontales y más flexibles, incluso cambiando las relaciones de poder.

Dicho modelo puede posibilitar, de un lado, implementar el proceso de gestión democrática y, de otro, transformar las escuelas en instituciones interconectadas.

La integración de las TIC en las escuelas resulta el enfrentamiento de dificultades de naturaleza distinta, bien como límites que deben ser superados. Asimismo, no puede quedar restricto a la mera repetición de procedimientos tradicionales y a la valorización de la técnica en si misma o sólo como medios auxiliares del proceso educativo. Así, la encrucijada para la integración de las TIC en las escuelas radica en el problema de la modificación de su estructura considerando la flexibilidad prometida por las tecnologías. Los cambios educativos necesarios deben vincularse al proyecto educativo global del centro, o sea, al Proyecto Político Pedagógico que, en resumidas cuentas, es una cuestión más ideológica que técnica, en la medida que altera las redes y las relaciones instituidas.